Volábamos hacia Estados Unidos un 11S de 2008. Hicimos escala en Philadelphia. Apenas había 2 horas entre los 2 vuelos, y la cola para pasar el control del pasaporte iba tan despacio que cuando nos llegó el turno ya me había cansado de estar en USA, jajajajjaja, es broma!
Reich, que había mirado el tiempo que teníamos a la vuelta en el cambio de avión, se agobió, porque teníamos 1 hora menos...
El segundo vuelo era más corto pero se nos hizo mas largo. Nos tocó separadas, no nos dieron de comer y yo fui casi todo el rato durmiendo. Creo que fue este vuelo en el que hubo muchas turbulencias, vamos, que yo que estaba medio doblá las noté, aunque estás que podía abrir los ojos…
Cogimos un taxi para ir al hostel Amsterdam en la Taylor St. Recuerdo ir con la ventanilla un poco bajada y me daba el aire en la cara. Hacía un poco de fresco.
Reich, que había mirado el tiempo que teníamos a la vuelta en el cambio de avión, se agobió, porque teníamos 1 hora menos...
El segundo vuelo era más corto pero se nos hizo mas largo. Nos tocó separadas, no nos dieron de comer y yo fui casi todo el rato durmiendo. Creo que fue este vuelo en el que hubo muchas turbulencias, vamos, que yo que estaba medio doblá las noté, aunque estás que podía abrir los ojos…
Cogimos un taxi para ir al hostel Amsterdam en la Taylor St. Recuerdo ir con la ventanilla un poco bajada y me daba el aire en la cara. Hacía un poco de fresco.
Cuando llegamos al hostel serían las 23h o así de la noche. El hostel estaba en una cuesta muy inclinada. Cargadas de maletas que se iban cuesta abajo. Conseguimos entrar, y Reich hizo las gestiones oportunas con el tipo que había en recepción. Nos dieron la habitación 304 creo y pensé “madre mía!! El tercer piso con todo lo que llevamos!”, y el chico que nos vio la cara nos dijo que ya estábamos en el segundo piso, así que sólo había que subir uno, pero antes había que arrastrar las maletas por un pasillo largo enmoquetado… Por si nunca habéis arrastrado maletas por un suelo con moqueta, os diré que es un infierno, es como si las ruedas de las maletas llevaran el freno puesto y no se lo pudieras quitar, en fin…
Llegamos a la habitación. Una habitación pequeña, con una cama “queen size” (de matrimonio, vamos), pero con aseo y ducha propios (eso es importante), y una tele, y una nevera que no se podía enchufar y que utilizábamos de despensa, y un microondas que tampoco llegamos a probar. Casi no nos cabían las maletas en la habitación. Pero bueno, teníamos un techo donde dormir, y ya estábamos en San Francisco!!!! Con un fresquito muy agradable que hacía por allí, que yo casi me pongo mala, pero daba igual…
No hay comentarios:
Publicar un comentario